En las horas sin fe y sin esperanza
y en los momentos de acallar el alma,
se confunden jazmines y cometas.
Embriaguez en mi cielo y mi refugio
vuelos nocturnos y aroma de jazmines.
Hay un raro misterio, las paredes
no reflejan la luz, solo las sombras.
Sombras sobre sombras.
Al pensamiento lo azucaran los recuerdos
y es un suspiro, la lámpara que vela.
Las voces nocturnales se hacen música,
extraviada vuela una luciérnaga
y a través del cristal de la ventana
se perfila una noche de lánguida ternura.
Sobre sombras, camina la nostalgia.